14 de jun de 20202 min.

Junio es mes de cosechas


 
Dan frutos los fresones, albaricoques, las brevas, las cerezas...
 
A mí me gusta pensar que soy también como uno de esos árboles frutales.
 
Y me imagino aquí, a la luz del sol de junio, cargada de frutos colgando de mis ramas. Este año además he dado frutos muy distintos entre sí, algunos incluso nuevos. Diría que soy uno de esos árboles con injertos que dan manzanas y ciruelas a la vez. Yo este año tengo cerezas, higos, tomates y hasta patatas.
 
Procesos terapéuticos individuales que culminan, grupos que se acaban, alumnas que se gradúan con nota, procesos de supervisión que llegan a buen puerto, proyectos artísticos que ven la luz...
 
Y es una maravilla sentir todos estos frutos colgando de mis ramas bajo el sol del atardecer de junio. Sentir su peso, el tiempo y el agua con que los he nutrido, lo grandes y hermosos que se han puesto, lo dulces que son, antes de dejarlos caer.
 
Pronto, en breve, me habrán dejado, y se irán, siguiendo su curso, sirviendo de alimento a la vida.
 
Llevando la semilla hacia otros lugares.
 
La semilla que algún día yo fui.
 
Y me doy cuenta de lo grande que me he hecho en este tiempo. Casi sin darme cuenta.
 
Yo que no hace tanto todavía era un pequeño arbolito estirando mis raíces y mis ramitas desnudas, buscando un resquicio de agua y de sol al resguardo del viento.
 
No he hecho nada y lo he hecho todo. Me han crecido ramas por todas partes y de pronto me doy cuenta de que me habitan multitud de seres. Ardillas, insectos y aves. También hadas y otros seres imaginarios.
 
Y con mis ramas repletas los abrazo.

Hay algo en esa imagen
 
Un evento inexplicable
 
De calor nocturno
 
Un remolino
 
Una grieta que se abre
 
La luz escondida
 
Un paisaje de lluvia
 
Una madrugada de otoño
 
Hay en mí la semilla de un gran árbol
 
Un tremendo roble
 
Una secuoya
 
Un eucalipto
 
Que mana de la tierra
 
Palpando el aire
 
Buscando el sol
 
Deseando abrir los brazos
 
Sin perder el equilibrio
 
Estiro mis dedos
 
Mis ramas,
 
mis hojas,
 
mis huesos
 
Alcanzando el azul
 
En silencio
 
lo acaricio